Recursos visuales en inglés para alumnos de entre 13 y 18 años

En semanas anteriores veíamos la importancia de los recursos visuales a la hora de aprender inglés y de enseñar este importante idioma a nuestros hijos, de hecho, dábamos una serie de ejemplos con los que podíamos llevar a la práctica todo lo que íbamos comentando en dichos artículos.

Concretamente, veíamos una serie de juegos con los que podíamos practicar inglés con nuestros hijos y en los que los dibujos, las imágenes y los recursos visuales, en general, eran la mejor forma de aprender nuevo vocabulario y nuevos conceptos en inglés.

Aquella primera tanda de juegos y consejos para aprender y practicar inglés estaba centrada en alumnos muy jóvenes, nada más y nada menos que con edades comprendidas entre los 5 y los 12 años. No obstante, comentamos que más adelante ofreceríamos nuevos juegos y consejos para alumnos un poco más mayores, en este caso de entre 13 y 18 años de edad.

Eso es lo que vamos a hacer precisamente en este nuevo artículo ya que, si los recursos visuales son esenciales a la hora de que los más pequeños de la casa aprendan inglés, también poseen una importancia capital al referirnos al aprendizaje de adolescentes y jóvenes alumnos.

Antes de entrar en materia, os recomendamos echarle un vistazo a nuestro anterior artículo, sobre todo si tenéis hijos de edades comprendidas entre los 5 y los 12 años. Seguro que sacáis buenas ideas para motivarles y conseguir que le cojan el gusto a esto del inglés.

Diferentes herramientas visuales para mejorar el aprendizaje en inglés de nuestros hijos

Hay muchas y muy variadas herramientas visuales a las que podemos echar mano a la hora de conseguir que nuestros jóvenes aprendan inglés de una forma más natural e intuitiva.

Por ejemplo, si a nuestro hijo-a le mandan escribir un cuento, una redacción o cualquier otro tipo de texto que requiera de cierta organización de ideas para su mejor desarrollo, podemos aconsejarle que utilice diversos recursos visuales para poder ordenar mejor toda la información que quiere incluir y así crear un texto más consistente y completo.

Entre las herramientas visuales más prácticas y utilizadas habitualmente en estos casos, encontramos aquellas que expresan una relación causa-efecto (por ejemplo los diagramas de flujo), las que representan una secuencia de acontecimientos (un buen ejemplo son las líneas de tiempo) o las que se utilizan para comparar y contrastar diferentes elementos (el diagrama de Venn, sin ir más lejos).

También podríamos realizar lo que los anglosajones denominan una “tormenta de ideas” (brainstorm) con respecto a un tema concreto (los mapas semánticos serían un ejemplo de este tipo de recursos) o, por último, también podríamos desarrollar una planificación de la historia que queremos contar (como una especie de guión gráfico tal y como los que se utilizan para las películas y cortos de animación).

La creatividad es esencial a la hora de que se produzca un aprendizaje real y más duradero

Ya conocemos algunas herramientas visuales con las que podemos organizar nuestras ideas a la hora de realizar diferentes trabajos y tareas en inglés pero hay un elemento clave que no debemos olvidar y que siempre tiene que estar presente en todo lo que hacemos: la creatividad.

Nuestra creatividad o imaginación marca la diferencia en cuestiones de aprendizaje y, si hablamos de hijos de entre 13 y 18 años de edad, más aún si cabe. Al fin y al cabo, en estas edades tan conflictivas no es fácil captar la atención de los jóvenes y, por eso, es esencial que consigamos motivarles. Para ello, nada mejor que dejarles ser creativos y que puedan dar rienda suelta a su imaginación.

Hay que aprovechar todas esas cosas que los jóvenes hacen para divertirse y convertirlas en grandes oportunidades para aprender inglés, en este caso, pero funciona con cualquier otro idioma o materia.

Si utilizamos elementos del entorno cotidiano de nuestros jóvenes, elementos que consideran divertidos y en los que realmente están interesados, será más fácil que se impliquen en la actividad desarrollada y que su nivel de motivación sea mucho más alto.

La diversión y el humor son grandes aliados del aprendizaje, de hecho, cada vez son más numerosos los estudios científicos sobre el cerebro humano que demuestran que estos dos factores potencian enormemente nuestra capacidad para aprender.

Por tanto, si queremos que nuestros hijos aprendan inglés de manera innata y por elección propia, tenemos que tratar de relacionar el inglés con actividades divertidas en las que las risas y las carcajadas estén siempre presentes. De este modo, se crearán en sus jóvenes cerebros gratos recuerdos y todo lo que se aprende bajo un entorno positivo permanece a nuestro lado mucho más tiempo.

Un nuevo cambio del paradigma educativo con CEIN

Se trata de cambiar el paradigma de nuestra educación: dejar de aprender por obligación y comenzar a aprender por puro placer, el placer de adquirir conocimientos apasionantes.

Este es el objetivo de nuestras clases de inglés, tanto para jóvenes, como para niños o adultos: ofrecer un aprendizaje motivador, entretenido y duradero, conseguir que todos nuestros alumnos salgan de clase con más ganas de seguir aprendiendo y que aprovechen cualquiera de las oportunidades que les brinda su día a día para continuar practicando con el inglés.

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Lo dejamos aquí por esta vez y la semana que viene seguiremos ofreciendo más interesantes consejos para mejorar el aprendizaje del inglés en alumnos de entre 13 y 18 años de edad. ¡No os los perdáis!